Si tuviste la posibilidad de ver Cruella imaginas que es imposible plasmar en este post la opulencia punk que nos trajo Disney a través de esta espectacular película. Si te encantan los clásicos reversionados, el mundo de la moda, el punk y el rock no puedes dejar de verla; y si aún no la viste, no te preocupes que no te spoilearemos la peli pero sí te adelantamos que quedarás maravillada!
¿Atrás quedará la Cruella de Vil de los 101 dálmatas?. Y es que - al menos para mí - la primera vez que conocí al personaje del tapado blanco y negro fue en el libro que escribió Smith en los años 50. Y vaya que uno creía conocerla. Más tarde este libro sería animado por Disney en el 1961,1996 y en el año 2000 pero sin dudas esta peli rompe las típicas sagas que veníamos acostumbrados.
Está claro que Cruella es un personaje pícaro, controversial y con una potencialidad increíble al momento de rediseñarlo, Escribir su historia personal y qué la hizo llegar hasta allí no ha sido tarea fácil. Y es que de eso se trata Cruella: de su pasado, su exuberancia, teatralidad y también su toxicidad.
Ambientada en el Londres de los 70 la película se ubica en la alocada revolución punk rock. Dirigida por Craig Gillespie la cinta cuenta los inicios rebeldes de una de las villanas más célebres, nada menos que la legendaria Cruella de Vil.
La banda de sonido de la peli es acertada, impecable y dan ganas de eliminar con un chasquido las cuarentenas y escucharla en una sala de cine. Por eso te recomiendo que cuando la veas subas el volúmen y disfrutes también de la música que acompaña cada escena. Cada acorde vibra con la trama, ya sea en el sonido como también en algún personaje con un guiño a Bowie.
Tanto Emma Thompson como Emma Stone, tienen un papel fabuloso y se han devorado los personajes. Es que estas protagonistas fueron las acertadas elegidas de Disney para esta impecable producción. No es llamativo que la responsable de vestirlas haya sido nada más ni nada menos que la ganadora de dos Oscar (sí! dos!) Jenny Beavan. Cruella y la Baronesa lucen aproximadamente 40 estilismos cada una y tanto la ropa como los accesorios han sido todo una declaración de principios en las dos protagonistas.
Una muy punk, trash y chic y la otra con un estilo más clásico y sofisticado combinando siempre aros con collares o pulseras y donde la rigidéz es la pauta. En este enfrentamiendo también reluce la lucha de clases que se vivía en la época y la guerra de estilos. La década de los 70 en Londres fue un período muy concreto durante el cual se produjo un choque cultural en la sociedad y en la moda. Por una parte estaba el mundo elitista y aristocrático con Dior, Givenchy, Balmain, Balenciaga y después Mary Quant y Vivienne Westwood con Alexander Mc Queen siguiendo sus pasos. El choque entre estos mundos del Regent's Park y Notting Hill proporcionan el contexto de la historia de Cruella y la lucha contra la Casa de la Baronesa.
En la peli se puede ver también el reciclaje de prendas y una estética muy inspirada en Nina Hagen, la cantante alemana de punk rock. Y mientras Cruella se apodera de los rojos, negros y blancos la Baronesa opta por dorados cálidos y géneros más sofisticados.
En esta puja de clases y estilos Cruella desde su situación de punk y okupa lucha a través de la moda con el establishment, el poder, las convenciones y contra quienes poseen los recursos, es decir en la Baronesa von Hellman. Es que inicialmente el espíritu del punk era principalmente romper con lo anterior, con todo. Tomar lo viejo y hacer algo nuevo. Por eso se pueden ver trajes con neumáticos reutilizados, y la construcción de un personaje punk desde la limitación de recursos, la idea de reciclar y reutilizar acompañado de alfileres de ganchos, cueros y Dr Marteens.
Aunque nunca hubiéramos asociado a Westwood ni a la princesa punk alemana Nina Hagen como inspiración para una película de Disney, la realidad es que “Cruella” lo consiguió. Cruella llegó como el punk: a romper estereotipos que Disney nos tenía acostumbrados.